Doughnuts and tea. Bright, colorful junk food. Light beige wooden background. Side view, close up.

Ansiedad por la comida

Seguramente muchos de vosotros en cualquier momento en el que tengáis más tiempo del habitual libre, hayáis notado que estáis comiendo más e incluso de manera diferente, puede que notéis que el cuerpo os pide más azúcar de lo habitual, o lo que comúnmente llamamos “comida basura”.

Comer es una necesidad, una actividad adaptativa que todos necesitamos para funcionar, lo importante es saber cómo hacerlo, conocer nuestra relación con la comida y sentirnos agusto con ella.

Esta frase de; “como porque me aburro” seguro que la habéis empleado más de 3 y 4 veces. ¿Por qué creeis que nos sucede esto a la gran mayoría de las personas?

Hoy en día, estamos acostumbrados a estar continuamente produciendo, haciendo alguna actividad (o incluso dos a la vez), yendo de un lado a otro, y cuando descansamos, nos resulta difícil parar y no hacer nada más. Sentimos una continua falta de estimulación, (el famoso aburrimiento) a pesar de estar haciendo alguna actividad como ver la televisión o utilizar las redes sociales. Siempre necesitamos más, llevándonos en ocasiones a experimentar esa sensación de aburrimiento que nos lleva a emociones ansiosas.

Sentir este tipo de emociones es normal y no tiene porqué ser algo patológico, pero hay que tener en cuenta que nos hace experimentar sensaciones desagradables de las que nos queremos deshacr,er lo cual nos lleva a la búsqueda de algunas actividades que las apacigüen, siendo en muchos casos la acción de comer, a pesar de no sentir hambre, y en muchas ocasiones con este gesto solo calmamos estas emociones por un momento hasta que nos piden más, lo que puede favorecer una mala relación con la comida, por tener como consecuencia otro tipo de sentimientos como la culpa por haber comido tanto.

Sentir este tipo de emociones es normal y no tiene porqué ser algo patológico, pero hay que tener en cuenta que nos hace experimentar sensaciones desagradables de las que nos queremos deshacer, lo cual nos lleva a la búsqueda de algunas actividades que las apacigüen, siendo en muchos casos la acción de comer, a pesar de no sentir hambre, y en muchas ocasiones con este gesto solo calmamos estas emociones por un momento hasta que nos piden más, lo que puede favorecer una mala relación con la comida, por tener como consecuencia otro tipo de sentimientos como la culpa por haber comido tanto.

Además, tenemos que tener en cuenta que al conseguir disminuir en algún momento esas emociones desagradables, el cuerpo aprende que al hacerlo puede eliminar aquello que no le gusta sentir, y al aprenderlo, aumenta la posibilidad de que se presente esta misma conducta en otras ocasiones, funcionando la comida como un reforzador.

Por otro lado, quizás sea que no encontramos mejor plan que “comer”, y,  ¿por qué el mejor plan es comer?. Es común que todos los grandes eventos de celebración; graduación, logro laboral, celebración religiosa, cumpleaños etc, se organicen alrededor de una comida o finalicen con ella. ¿Es salir a cenar/comer nuestro mejor plan?. Cuando planeas un viaje, ¿cómo organizas el día?, si es una ciudad muy turística lo organizas en función de los monumentos, sin embargo, si no lo es, puede que lo hagas en función de las tres comidas principales, informándote quizás más de la comida típica que de las costumbres y actividades sociales y culturales de la ciudad.

Puede que desde que nacemos aprendamos que la comida es un reforzador positivo en la mayoría de las ocasiones, asociándolo a experimentar sensaciones placenteras y positivas, por lo que recurrimos a ellas siempre que las añoramos.


Raquel Balcázar
Psicóloga y Neuropsicóloga.

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